02 marzo 2013

Los Hijos Predilectos de Andalucía.


Dicen que  el discurso de Antonio Banderas en la entrega de la Medalla de Andalucía a sus Hijos Predilectos de este 2013 fue impresionante. Yo no lo había visto ni oído y tenía dos buenas razones para ello: nunca me gustaron los discursos porque creo que tienen mucho de artificial, de “hechos para gustar” y pocas veces me gustan los actores, sobre todo si hay una cámara de televisión o un micrófono cerca,  porque creo que  están actuando y haciéndonos ver su simpatía, su compromiso social, cuando en realidad lo único que hacen es un papel más.
Al final, para poder opinar sobre el discurso de Banderas he decidido oírlo.  Emotivo cuando habla de Manuel José García Caparrós, el joven que murió en aquella primera manifestación del 4 de diciembre de 1977.  Habla Banderas de las cosas que no hubiese hecho si aquella bala le hubiese alcanzado a él, de lo nítido de algunos recuerdos de aquel día a pesar del tiempo transcurrido. Más de 35 años.  El tiempo que el gobierno andaluz ha tardado en considerar que García Caparrós, con su muerte, se convirtió en un Hijo Predilecto de Andalucía. Desde entonces hasta hoy, en esos 35 años, la Junta de Andalucía ha nombrado a otros muchos andaluces, y no andaluces, Hijos Predilectos, supongo que se lo merecían más. Porque, ¿Quién va a negar que la Duquesa de Alba, con sus 34.000 hectáreas de latifundio en una tierra donde la gente del campo no tiene ni tierra ni trabajo se merece semejante título?
Andaluces, levantaos, pedid tierra y libertad.  Eso dice nuestro himno, pero el gobierno andaluz, formado por “socialistas obreros”, otorgó en 2006 la medalla de Andalucía a la mayor terrateniente de nuestra tierra.
Tal vez en el discurso de Banderas faltase preguntarle al señor Presidente por qué no dieron esta medalla a García Caparrós hace años. El joven malagueño no murió hace un año, ni hace 2, son ya más de 35. Tal vez al gobierno andaluz le interese sacar como estandarte de la lucha a aquel chaval que, como tantos  miles de andaluces, pensaba que la autonomía era el camino para sacar a Andalucía del pozo en el que estaba inmersa, de la pobreza, del paro, de la emigración, del caciquismo y de los señoritos. Hoy,  35 años después, la mayor terrateniente de  Andalucía es Hija Predilecta de nuestra tierra, los andaluces siguen emigrando,  el paro sigue siendo el de siempre o peor, la gente del campo sigue sin tierra y sin trabajo. ¿La diferencia? Un montón de políticos que viven del cuento, un montón de coches oficiales, y de edificios oficiales que pagamos entre todos,  de millones de euros para ayudas desviados, de empresas públicas llenas de enchufados, de cargos políticos incapaces de sacar a Andalucía del agujero donde ha estado siempre metida y que quieren desviar la mirada de los andaluces hacia otros políticos, igual de incapaces y de vividores, para parecer buenos haciendo a los demás más malos.
Tal vez, a Banderas, le ha faltado preguntarle al gobierno andaluz por qué ahora, por qué 35 años después de la muerte. Tal vez le ha faltado preguntarle a nuestros políticos para qué sirvió la muerte de aquel chaval. 


El viejo farero.

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